martes, 8 de febrero de 2011

En compañía de Bartleby

Vila Matas en "Bartleby y compañía", pie de página 24:

«Así me va el domingo apacible —escribe Kafka—, así me va el domingo lluvioso. Estoy sentado en el dormitorio y dispongo de silencio, pero en lugar de decidirme a escribir, actividad en la que anteayer, por ejemplo, hubiese querido volcarme con todo lo que soy, me he quedado ahora largo rato mirando fijamente mis dedos. Creo que esta semana he estado influido totalmente por Goethe, creo que acabo de agotar el vigor de dicho influjo y que por ello me he vuelto inútil.»


¿Qué hacer si no se tiene ni talento, ni energía y el poco tiempo disponible anda uno en estado catatónico?

Borges en Emma Zunz:

"Aarón Loewenthal era, para todos, un hombre serio; para sus pocos íntimos, un avaro. (...) Con íntimo bochorno se sabía menos apto para ganarlo que para conservarlo."

Un año para escribir un cuento, es demasiado; quedarse mirando el techo todo el fin de semana cuando no hay nadie que te interrumpa, un crimen. Dejar las discusiones en los foros, borrar los juegos, acostarse a las 10pm, tomar café sólo a la hora de almuerzo, leer cuentos o leer sobre cuentos, anotarlo todo, ser un avaro.

García Márquez en Para contar historias:

"Es decir, padezco de la bendita manía de contar. Y me pregunto: esa manía, ¿se puede trasmitir? ¿Las obsesiones se enseñan?"

No sé, pero las adicciones se contraen. Habrá que probar. Sólo una vez, lue
go lo dejo.

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