En "Dichos de Luder" de Julio Ramón Ribeyro:
-Cuando a Balzac le entra la manía de la descripción -observa un amigo- puede pasarse cuarenta páginas detallando cada sofá, cada cuadro, cada cortina, cada lámpara de un salón.
-Ya lo sé -dice Lúder-. Por eso no entro al salón. Me voy por el corredor.
Exacto. La realidad ya es suficientemente aburrida como para que encima quieran meterla en la literatura.
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