viernes, 18 de marzo de 2011

El Método

Tomado de "Borges", de Bioy Casares, página 66.

Habla de Flaubert: «A pesar de lo mucho que se esforzaba por escribir, las frases no le salían bien. Cae, como Lugones, en un estilo burocrático que apaga el interés del lector. No trata de ser interesante; la impresión que da no es de impulso, sino de insistencia en una materia ingrata. Después de leer La tentation de Saint Antoine a sus amigos, le dijeron que debía dejarse
de asuntos grandilocuentes, que debía buscar una historia chata. Para contestar a esos amigos escribió Madame Bovary. Qué idea de la literatura y del arte. Llegó hasta a buscar la casa donde habían vivido Bouvard y Pécuchet. Qué diferencia con Henry James. Cuando a James le contaban una historia que le parecía que le daba tema para un cuento, una vez que había oído lo esencial acallaba a los narradores: no quería oír demasiadas explicaciones ni detalles; con lo esencial trabajaba su mente y un tiempo después producía un cuento. Un método más lúcido que el de Flaubert».

Che Georgie, vos sos un coloso, pero permíteme discrepar. Conozco a cierto autor que decía estar más orgulloso de lo que ha leído que de lo que ha escrito. Flaubert necesitaba documentarse, y sospecho que, aunque leerse enterita la filosofía occidental nunca fue para ti un esfuerzo conciente de acumulación de herramientas, al final el resultado es el mismo. Hay ideas que no se te ocurren si no has investigado un poco. Por ejemplo, en internet puedes ver millones de caras para darte una darte una idea de cómo debería verse un determinado personaje. Pero también puedes salir a la calle para hacerlo; quedarse mirando a la gente no es ilegal (aunque no muy elegante).

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